jueves, 6 de marzo de 2008

Cafè de CHINOS por ASTRID OLAIZ NAVA


Cuando yo visité el café de chinos, que está ubicado en la calle de municipio libre, fui acompañada por mi ex novio, al entrar venden pan y del lado derecho empiezan a estar las mesas, de hecho yo me senté en una que estaba pegada a la ventana, en sí, era una butaca. Yo, dándole la espalda a la entrada ya que el chino que atiende la caja no me gustó como ve a la gente.
Después nos atendieron, llegó con 2 cartas la mesera, primero le dio la carta a mi ex novio y luego a mí, y se fue como 5 minutos para que pidiéramos lo que consumiríamos. En el techo había unas esferas rojas colgadas con bordes dorados, se llaman "baguas", de hecho, a la entrada tenían un hexágono de espejo, todo eso se siente raro, en verdad se puede sentir como fluye la energía en ese tipo de lugares.
Al lado de nosotros había una mesa, pero estaba acomodada que pareció que la mesa era un rombo y no un cuadrado, toda la hilera de las mesas estaba acomodada de esa manera, bueno, llegó la mesera y ordenamos, cuando llevó lo que pedimos, entendió mal mi orden y me trajo una jarra de té en lugar de una taza, me molestó pero mi ex novio me dijo que no importaba, me le quedé viendo a la tetera, era plateada, además era especial para té, después trajo azúcar, pero la forma en la que atienden es pésima en realidad, la gente entraba, pedía y se salía, iba mucha gente vieja, vi a una pareja de ancianos sentarse en la hilera pero cerca de la caja.
Cuando fui al baño, esté tenía mosaicos grandes de color rosa y el espejo era hexagonal también. El lugar, por la decoración llama la atención, pero por el trato no me dieron ganas de salir tarde, pedí la cuenta y lo único bueno que me dio la mesera, aparte de la cuenta, fueron dos galletas de la fortuna. Después pagamos dirigiéndonos a la caja y todavía el chino que yo creo que ni nos veía bien, nos dio el cambio y todavía nos dice "regresen pronto".
La verdad yo no vuelvo a ir, son muy groseros más bien, yo creo que no saben dar servicio. Tratan de una manera extraña a la gente, son secos, no conversan no te dan sugerencias del menú, no sé, creo que eso está mal.
La verdad, no les importa. El escribir ahí no me molesto y no me incomodo, a veces lo hacía, solo que no lo recordaba. Es cómodo, al principio, pero después cuando me hizo enojar la mesera, ya no me gusto. Creo que tengo que estar en un lugar cómodo.

No hay comentarios: