sábado, 17 de mayo de 2008

Cuento


Mi amor de ensueño.

Por: Abril Bautista Peralta


Era tan tarde que no podía contener el sueño así que decidí ir a la cama ya que al día siguiente tendría muchas cosas que hacer en la escuela.

Ya en la escuela todo comenzó como un día cualquiera, un día tan normal como cualquier otro, pasear con los amigos, estudiar, en fin... tan típico que jamás imagine que mi vida cambiaria.

De pronto mi mirada se centro en un punto fijo, se había detenido en aquel hombre tan misterioso, alto, con el cabello negro y unos ojos verdes hipnotizantes; que era inaudito que mis ojos lo miraran precisamente a el. En el fondo simplemente oía voces murmurando pero todos mis sentidos estaban pasmados, mi corazón se había detenido al igual que el tiempo.

Vi su silueta acercarse hacia mi, lo cual hacia que mi pequeño y delgado cuerpo se pusiera inerte, cuando de pronto una voz familiar me hablo, la escuchaba tan lejana que tarde unos segundos en identificarla, era mi amiga Lina, que me decía –Despierta, en que diablos piensas-, -Mira te presento a un amigo…Joaquín, ella es Ariadna, Ariadna… él es Joaquín-.

No podía creer que tenia frente a mí a ese ser que por varios minutos había contemplado sin sentido.

Solo puedo recordar de aquel momento el simple -hola- y el beso en la mejilla que me dio, en realidad creo que de ahí me enamore… fue amor a primera vista.

En fin a partir de ahí mi vida cambio todo se había vuelto diferente, mi corazón había encontrado el amor.

Para ser sinceros no se cuanto tiempo paso para mi fueron tal vez meses, aunque probablemente pudieron haber sido días; pero las platicas con Joaquín se hicieron más comunes, más agradables mas nuestras.

Yo no se si sentía lo mismo por mi, pero parecía disfrutar los minutos que pasábamos juntos, podría decirse que en poco tiempo nos convertíamos en los mejores amigos.

Así paso el tiempo, el me contaba sus confidencias y yo las mías; hasta que llego el día en que me dijo algo que hubiera preferido no escuchar:
-Aris, necesito contarte algo- me decía clavando fijamente esos ojos verdes tan maravillosos en mi.
-¿Qué pasa te noto raro? ¿Estás bien?- conteste.
-No en realidad, no…- me dijo con una expresión que en realidad nunca había visto en su cara; -Me enamore-.

En ese instante tuve que contener las lágrimas que casi salían de mis ojos.

Continúo diciéndome que no podía quedarse en la ciudad aunque el amor de su vida viviera aquí, tenía que irse porque su papá tenía un nuevo trabajo y tenía que estar con su familia.

Yo estaba confundida e intrigada, en pocos minutos un conflicto de emociones me invadió y, entre lagrimas no supe que hacer, más que abrazarlo y decirle al oído –Te amo- , le había revelado el secreto que durante mucho tiempo había guardado en mi, para no perder su amistad, pero ahora no volvería a verlo era lo menos que necesitaba mi corazón para poder desahogarse.

El, al escuchar mis palabras me abrazo fuertemente y me susurro algo que no imagine:
-Yo también, solo que no quería perder tu amistad, pero ahora debo decirte adiós por siempre-.

En ese instante me tomo de las manos, se acerco a mi dándome un beso en los labios. Ese instante el reloj se detuvo y no supe que hacer más que quedar impactada.

Nos quedamos por un momento mirándonos a los ojos, hasta que se levanto y rosando mi mejilla con su mano, me dijo Adiós; marchándose sin mirar atrás.

Yo no sabía si correr tras él o liberar la frustración de verlo partir en un grito, pero al verlo irse no pude moverme solo sentía las lagrimas en mi rostro que no podían contenerse.

De pronto escuche un ruido ensordecedor, como un zumbido extraño. Entonces, desperté todo había sido simplemente un sueño, pero todo había sido tan real que no me lo podía explicar, permanecí en shock por unos minutos, hasta que mire el reloj y vi que era demasiado tarde; tenía que llegar a la escuela.

Ya ahí encontré a mi amiga Lina como todos los días, le conté que había tenido un sueño extraño; pero no quise entrar en detalles, cuando de pronto alguien se acerco y escuche a Lina diciéndome:
-Joaquín, te presento a Ariadna-.
-Ariadna, te presento a Joaquín…-

El sueño se volvió realidad más pronto de lo que pensé…

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