viernes, 23 de mayo de 2008

ZENHYR por ANDRES CRUZ

Esta es la historia de un trol llamado Zenhyr. ¿Los conoces? Los trols son personitas no más altas que la palma de tu mano y con poco dote de belleza.
Zenhyr , una persona valiente, corajuda, trabajadora honesta e inteligente se dedicaba a ayudar a su tía Zula con la cual vivía desde que tenía uso de razón. Sus padres lo abandonaron desde recién nacido durante una guerra contra los elfos, donde ambos padres perecieron. Todo por una absurda riña entre quien era más bello que el otro.
Los trols decían que la belleza interna era la mejor y los elfos decían que la belleza externa era lo que le daba presencia a las personas; los elfos eran bellos por naturaleza no tenían ninguna imperfección solo las orejotas y caras afiladas que cuando Zenhyr veía en alguna ilustración o dibujo soltaba tremenda risotada.
Zenhyr no hacía mucho, solo los quehaceres de la casa que le correspondían y labrar el campo que tenia al lado donde cosechaba frutihongos, que para un trol tan fuerte como él no era gran problema; los frutihongos eran muy famosos en la villa donde vivía dado a que una vez que los comprabas y pensabas en la fruta que quisieras comer se transformaba en ella con todo y su sabor ,esto era único y otra de las razones por la cual los elfos hacían guerras a cada rato con los trols, deseaban tanto ese hongo que también servía para brujería y encantamientos.
Un día Zenhyr mientras dormía escuchó unas delicadas voces sin más ni más se levanto y asomó por la ventana que daba al campo, no distinguía muy bien lo que era, solo dos siluetas una baja y ancha, y una alta y delgada , era el jefe de su villa Faragor y un elfo de la villa enemiga, un mensajero el cual llevaba un sobre que apenas y se podía distinguir. Zenhyr bajó los escalones de su cuarto, atravesó la cocina y salió sigilosamente por la puerta trasera de la casa hacia su campo, se arrastró y acercó lo más que pudo a la intrigante reunión, llego atrás de un montón de frutihongos recién cosechados y empezó a escuchar la plática entre el trol y el elfo. El mensajero decía que Turoc, rey de los elfos quería parte del territorio trol que constaba del bosque áureo llamado así por que cada vez que salía el sol los arboles parecían hechos de oro y el lago zafiro que cuando anochecía desprendía una pequeña luz que tornaba este lugar con el color que se le hacía llamar, ambos lugares se encontraban cerca de la casa de Zenhyr, Faragor enojado y alzando la voz, vociferó:
- ¡Dile a tu rey, que los trols no cederemos nuestras tierras solo porque a un elfo tonto se le dé en gana, así que si quiere guerra la tendrá, yo no me opondré pero juro que no descansaré hasta acabar con cada uno de ustedes!
El elfo cambio la cara al ver la furia del jefe trol, el mensajero solo dijo:
- Está bien si eso gusta usted se lo diré a mi rey.
Y el elfo desapareció entre un humo de color plateado, lo mismo hizo Faragor pero su humo era de un color esmeralda.
Zenhyr se quedo preocupado, ya no era una riña entre quien era el más bello ahora se disputaban el territorio, no sabía si contar lo sucedido a su tía o si quiera al pueblo, no sabía qué hacer pronto se acercaría a una guerra y no tenía idea alguna de cómo eran esos sucesos, por primera vez en su vida tuvo miedo y el trayecto de ella también había cambiado.
Regresó a su cuarto pensando en lo sucedido y cayo rendido en la cama, al día siguiente un pequeño rayo de sol que entró por la ventana lo despertó, él se levantó , vistió y siguió pensando en lo ocurrido, así que decidió hablar con su tía Zula , llegó a la mesa en donde ya estaba servido el desayuno; panqueques con miel de abeja y moras silvestres que aunque era su platillo favorito para empezar el día no lograba consolar el vacio en el estomago del muchacho, al recordar la guerra proveniente , decidió saludar a su tía con un cordial beso en la frente y sentarse, se llevo un primer bocado de desayuno a la boca y sin rodeos -pregunto a su tía-
- ¿Qué haríamos en caso de una guerra?
- la tía rió y dijo:
-¡Guerra, no seas tonto nunca mas tendremos una, hay un tratado de por medio con los elfos, para estar en paz total!
Zenhyr quedo más preocupado pero una pequeña chispa de valentía lo empezó a cubrir y dijo:
- Descuida tía yo peleare y defenderé al pueblo que me crio.
La tía esbozó una sonrisa, le acaricio el cabello como a un niño pequeño y comentó:
– ¡Ya basta, pongámonos a trabajar¬!
Así paso el día y zenhyr no detecto destrozo alguno en la villa así que decidió olvidar la reunión de su jefe y el mensajero de la villa enemiga pensó que todo esto era una broma de pacotilla entre los dos pueblos y él era el único tonto que había caído sonaba absurdo pero solía suceder.
Hasta que una noche escuchó un estruendoso ruido que se asemejaba a la bala de un cañón siendo proyectado el despertó y a lo lejos vio parte de su villa en llamas. Despertó a su tía zula y ---dijo -Tía, ve lo que sucede, la tía hizo lo que su sobrino se asomo por una ventana de la casa y el miedo se apodero de ella, soltó un grito ahogado y al ver esto zenhyr la tomo del brazo y pregunto-¿Qué sucede tía?, su tía contesto con otra pregunta -¿sabías algo de esto?-
Zenhyr asintió con la cabeza, -¿Y porque nunca me lo dijiste? -dijo la tía-.
- Es que no quería espantarte, pensé que lo que decía Faragor al mensajero elfo eran puras tonterías –dijo Zenhyr.
¡Tonterías, es una guerra la que ha comenzado! ¬¬¬–Gritó la tía Zula-.
Zenhyr no pensó mas la chispa de valentía se empezaba a encender, tomó su hacha, abrió la puerta de su casa voltió hacia su tía y dijo - Escóndete y no me esperes podría no regresar.
Al oír esto su tía se soltó a llorar y pregunto:

-¿A qué te refieres?-
Zenhyr solo rió y se fue entre las penumbras de la noche. Zenhyr corrió hacia la villa en donde vio agrupado a un montón de trols se acercó y observó a su jefe Faragor que decía:
– No quería que esto sucediera así pero pasó estamos en guerra con los elfos por las causas siguientes: quieren nuestros territorios; habló del bosque áureo y el lago zafiro.
Todos aterrorizados se voltearon a ver, no sabían quehacer hasta que un trol de entre la multitud exclamó:
– ¡No me importa lo que tenga que hacer yo luchare junto a ti Faragor y protegeré mi villa!
Todos voltearon a ver quien decía esto, era Zenhyr quien había dicho esto. La gente empezó a tomar coraje y uno a uno empezó a decir:
– ¡Yo también estoy contigo!-
Una vez sucedido este valeroso acto Faragor dijó:
– ¡Esta bien, tomen armas de sus casa lo que sea, lucharemos y protegeremos la villa!
– ¡Muchacho, tu serás mi jefe de batalla, así que toma la batuta! – Dirigiéndose a zenhyr, el muchacho asintió.
Zenhyr, sin rodeos alzó la voz y dijo:
– Vamos, apúrense lucharemos por lo que nos pertenece, avisen a todos los que deseen luchar que nos veremos cerca del bosque en una hora armados y preparados, los que ya estén listos acompáñenme , zenhyr guió al grupo por los senderos que daban hasta el bosque.Faragor que iba dentro del grupo se puso a lado de Zenhyr y lo cuestionó:
– ¿Cómo te llamas?, Zenhyr – respondió el pequeño joven
–Fuiste el primero en ayudarme ¿Por qué? – dijó Faragor
– Veras es que escuche tu conversación entre el mensajero y tú la otra noche cerca de mi casa y no pude dejar de pensar en eso día y noche , hasta que llegue a la conclusión de que yo lucharía por mi villa pase lo que pase y si este es mi momento no lo dejare ir .
– Bien muchacho, te sigo – dijo Faragor
Al cabo de una hora se reunieron miles de trols a la orilla del bosque iluminado todos con armas de casa, arcos y flechas que tenían, lo que tuvieran a la mano.Todos hablaban y relataban como destruirían a los elfos, unos temerosos no decían nada
Faragor hablo fuerte y claro:
– Amigos, aldeanos, compañeros de guerra, cállense y escúchenme un momento, estamos en guerra se que no lo advertí con tiempo pero no pensé que esos asquerosos se armaran de valor así que solo diré esto he llegado a confiar en este muchacho llamado Zenhyr no lo conozco mucho pero sé que es valeroso y será el jefe de batalla así que acaten sus ordenes y luchen por nuestra villa, así que preguntó, están conmigo y los trols reunidos gritaron al unisonó:
– ¡Estamos contigo!
– Zenhyr toma la palabra, desde ahora solo te seguiremos a ti, jefe – dijo Faragor – sonrió y se puso al lado de los valientes soldados.
Zenhyr no tardo ni un segundo en tomar la palabra y dijo:
– ¡Amigos no tenemos tiempo la villa ya está siendo atacada solo lo que haremos será luchar con el corazón, rodearemos la villa y de ahí atacaremos hacia el centro así tomaremos por sorpresa a los elfos que ya se encuentran dentro de la villa y otro grupo atacará de frente a los enemigos eso servirá de ataque defensivo hagan esto y ganaremos, así que cuento con ustedes – y gritó como si fuera lo último que diría en su vida –¿Qué somos? – y al unisonó escucho las miles de voces a su alrededor gritando con euforia – ¡Trols!
–¡ Así que ataquen! – gritó Zenhyr y empezaron a correr hacia la villa los miles de trols que se convertirían en historia de la villa con su jefe de batalla al frente en cuanto empezaron a verse siluetas elficas quemando casas de la villa con encantamientos, estos se armaron de valor, la furia corría por sus venas y se abalanzaron sobre los elfos. Zenhyr saco su hacha y empezó a pelear y eliminar a cuanto elfo se le pusiera en frente, veía también que sus compañeros peleaban, era una ardua lucha se veían cuerpos regados de ambos bandos, llamas por todas partes, humo de colores debido a los encantamiento que se estaban usando, personas quemadas, muertos; él deseaba encontrarse de frente a Turoc al que tenía un rencor tan grande puesto que sabía que la muerte de sus padres fue gracias a él, lo repudiaba más que a nada. De pronto distinguió a Turoc peleando con mucho vigor y fue hasta él, así que ahí se encontraban los dos jefes de batalla, él sabía lo que tenía que hacer y era luchar contra Turoc, en eso de entre llamas apareció Faragor, como un trueno se dirigió hacia Turoc y empezaron a luchar tan ferozmente que parecían dos leones luchando por su territorio, no dejaban de atacarse con espada, golpes y patadas. Zenhyr mientras veía la pelea, fue atacado por dos elfos al mismo tiempo que también peleaban ferozmente, se concentró en su pelea, mató al primer elfo cortándole la cabeza con el hacha y al segundo le dio un tajo en el estómago, al terminar con ellos se dedicó ver como batallaban los dos jefes rivales tan vivazmente, de pronto todo empezó a pasar lentamente por la cabeza de Zenhyr hasta que en un descuido Faragor fue tocado por la espada de Turoc. Zenhyr gritó:
¡No, Ahora tu eres el que abandona la villa!, el recuerdo que tenía el muchacho de sus padres y de cómo abandonaron su casa le regreso a la mente, de un relampagueo volvió a la batalla, tomó la espada de su jefe, vio como Turoc el rey elfico reía victorioso, así que Zenhyr corrió hacia él y lo atacó con todas sus fuerzas, peleaban a todo lo que les daba el cuerpo. Zenhyr esquivaba los encantamientos que le lanzaba el elfo, el muchacho estocaba a más no poder, el cansancio lo inundaba pero su fuego interno lo mantenía de pie, en un infortunio para Turoc y ventaja para Zenhyr le logró cortar el brazo al elfo y acto seguido le empuño la espada que segundos antes le pertenecía a Faragor, se la enterró tan hondamente en el corazón que Turoc empezó a deshacerse como si fuera un hielo al sol y se desvaneció como un diente de león al ser pateado.
Al ver esto los elfos empezaron a huir llenos de miedo puesto que su rey el que les influía el valor para pelear había muerto. Los trols al ver esto – gritaron –¡Victoria, Victoria! una y otra vez, Zenhyr lloró de alegría ante todos, sus soldados lo levantaron en brazos y gritaron:
– ¡Viva nuestro rey!
Zenhyr se sentía más fuerte que antes a pesar del cansancio de la batalla, luego empezó a sentir como se iba de la escena y como un humo de color esmeralda lo envolvía.
Al día siguiente despertó en una camilla en el hospital de la villa, el doctor le contó que se había desmayado justo después de terminar la batalla y que al tomar la espada de Faragor había adoptado el trono. Zenhyr se levanto, el doctor intento detenerlo pero el muchacho dijo con voz severa:
– ¡No estoy bien me voy a casa! – tranquilamente tomó la espada de Faragor y salió del hospital. La gente gritaba como sacado de un cuento:
– ¡Viva el rey, Salve! –
Después de tanta fiesta Zenhyr, llego a su casa, en cuanto entró y vio a su tía la abrazó ella no lo podía creer su sobrino había regresado.
Él estaba muy maltrecho, serenamente pero alegre y dijo:
– ¡Regresé, pensaste que te ibas a deshacer tan fácil de mi! Oye tía nos mudaremos de casa ahora nos corresponde vivir en el castillo de la villa…
Y esta es la historia del trol que comenzó como campesino y que se volvió rey de su aldea al seguir sus instintos e ideales.La historia de Zenhyr es contada en la villa hasta nuestro tiempo y hay más anécdotas épicas en las que participo y salvó a su villa.

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