viernes, 7 de marzo de 2008

Autobiografía Vivis


Nací en la capital en 1988. Pero por el trabajo de papá permanecí allí un tiempo muy pequeño. De ahí estuve pasando por Mexicali, La paz, Guadalajara, Manzanillo, Villahermosa… y actualmente estoy en D.F.
Eso de estarse moviendo de un lugar a otro podría sonar divertido, pero para mí no lo fue, pues cada que me desprendía de mi círculo de amigos y eso me entristecía por varios días hasta volver a socializar y tener amigos en la nueva residencia y de nuevo…, desprenderse de ellos.
Manzanillo fue una etapa bonita e inocente; Rodeada de albercas, playas y balnearios. Eran como unas vacaciones permanentes. Allá la vida era muy tranquila y agradable. Los amigos sencillos y honestos. Al menos en el tiempo que estuve allí aún se podía confiar en la gente.
Viví en una zona de “Costa- azules”, con jardín, palapas, y vecinos bonachones. Aún hecho de menos esos momentos…

El lugar donde he pasado el mayor tiempo de mi vida ha sido Guadalajara. Cuando llegué de Manzanillo sentía que jamás tendría amigos como los de allá. Y así fue, pero tuve otra clase de amigos. Realmente disfruté mucho la estancia en Guadalajara. Vivía en Zapopan en un fraccionamiento de nombre “Chapalita Inn”. Estaba en una zona segura. Y dentro de él éramos una comunidad muy unida: todos nos conocíamos. Sabíamos quién era nuevo, quien se mudaba y a quién le gustaba quién.
A mí me gustaba salir mucho, me consideraba de alma callejera. No hacía más que encontrar un ratito libre para salirme a la calle a jugar.
Conocía la zona como la palma de mi mano. Iba y venía de aquí para allá. Caminando, en patín, patineta o rodeada de cuates.
El día que me dijeron que dejaríamos Guadalajara fue devastador. Tanto para mí como para mi hermana fue un golpe terrible. ¡Teníamos toda una vida allí! Yo no quería llorar ni mucho menos. Una de las canciones que me ayudó a no desplomarme fue “Color Esperanza” de Diego Torres. Tenía que pensar que “cambiar el aire” sería bueno. Intenté creer que sería temporal, que algún día volvería… y partimos de ahí.
Llegamos Villahermosa y la depresión nos perseguía como una sombra. El lugar al que llegamos no era nada atractivo. Una privada de departamentos con ambiente aburrido y caluroso.
Semanas enteras nos pasamos encerradas, ¡no teníamos más que ganas de salir con nuestros amigos de “Guanatos”! …
… Todo era vano, no volveríamos allí. Teníamos que ser fuertes y hacer una nueva vida en ese nuevo lugar. A fin de cuentas allí estábamos y era nuestra vida la que se consumía a cada momento. En verdad fue muy duro. Pero un día me decidí a rehacer mi vida. Salí en la tarde alrededor de las 4pm y vi que unos niños buscaban a un gato. Me acerqué y les ofrecí mi ayuda. Así comenzó el inicio de una temporada más grata en la que hice amigos y aunque no era lo mismo, al menos me abstenía de estar triste.
También ingresé a clases de Football. Así estaría distraída y poco a poco me iría acostumbrando más a la nueva realidad y dejando atrás mi ayer.
Terminé la preparatoria y no pude más. No quería permanecer más en ese lugar. Si bien ya tenía amigos, y conocí a personas realmente valiosas, el lugar seguía sin gustarme. Y no porque fuera feo en su totalidad, pero a comparación de Guadalajara, no ofrecía muchos lugares de entretenimiento; ¡Sumado a mi sensibilidad!, definitivamente no me dejaría desarrollarme satisfactoriamente.
Así como le comenté a papá mis deseos de irme a la capital a estudiar la universidad. Después de todo allá estaba la familia y la cercanía a una de mis metas: conocer a Ernesto Laguardia. Además siempre me había gustado la idea de vivir donde hubiera lugares importantes. Televisa me llamaba la atención.
Así, después de analizar la idea. Papá decidió darme luz verde y mandarme al distrito federal con mamá y hermana. El se tuvo que quedar en Villahermosa porque como dice “el tiene que estar donde esté el trabajo”.

En la actualidad estoy estudiando la carrera de ciencias de la comunicación en la Universidad del valle de México, vivo en casa de la abuela y entreno football. Tengo programado estudiar actuación para marzo, y ya cumplí mi anhelo de conocer a Laguarida.
Papá viene de vez en cuando los fines de semana, y la relación familiar a mejorado mucho. Pues cuando vivíamos juntos las cosas ya estaban demasiado complicadas.
Estoy alegre y espero disfrutar de mi carrera y ser una gran locutora, seguir en contacto con mi ídolo, ser una actriz reconocida y sobre todo… mantener una relación saludable con los miembros de la familia.

No hay comentarios: