domingo, 2 de marzo de 2008

Los niños de antaño, Algarabia

Por: Anna Lagos
Un articulo memorable, escrito con nostalgia, con ese suspiro que llena tus pulmones al recordar la vida que tuviste alguna vez, es realmente interesante la forma en que pasa el tiempo, y más aún como ciertos inventos - de esos que llaman “revolucionarios” - cambian la vida de masas en cuestión de años, como el pasado que algunas veces te hizo llorar y decir que la vida era injusta, suena en el presente a una armonía casi gloriosa, porque fue tu tiempo, tu vida, tu niñez, lo que te hizo lo que ahora eres, ¡Cómo no añorar!, ¡Cómo no suspirar!, si siempre tú tiempo serán los buenos y viejos tiempos.
Me encanto el relato del viaje a Acapulco, el famoso puerto, que alberga un sinfín de historia, el aire acondicionado no existía, y las cosas eran distintas, el salvavidas desde el DF para estar listos, todo el folklore que alberga irse a Acapulco con su familia y otros cuantos.
Impresionante lo de los colores prisma color y tu estatus, la opción eran los Blanca Nieves o Mapita, genial el hecho de cómo cambio hacer las tareas, de estar frente a la computadora horas a ir a la papelería a comprar tu monografía y usar el “pritt” o “resistol” en el peor de los caso, escribir todo. Si que el mundo a cambiado, la cultura, la forma de ver la vida y las distancias que ahora no son un obstáculo real, la vida cambia y no hay duda de que seguirán cambiando y quizá yo añoraré estos años en que estudiaba la Universidad y escribía con gusto y sin prisa…

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