Luis Lenin Díaz Castro
Escritura Creativa
Quieres un café?
De tal manera como el sol se mete cada tarde y la luna nace al mismo tono, la gente entra y sale, todos tenemos algo en mente. Seria algo interesante y un poco grosero poder leer la mente de las personas, saber cual es el plan maquiavélico que tramas para hacer enojar a tus mal aventurados amigos, poder leer las fantasías de la niña sentada a mi lado, o si tal ves la muchachita que habla con sus amigas cerca de la puerta me esta viendo a mi o esta viendo los precios de cada tipo y variedad de café que existe, lo cual me lleva a un punto importante, saben lo difícil que puede llegar a ser elegir el café que quieres, es una decisión no apta para cardiacos, si realmente no estas decidido de que es lo que quieres es mejor que ni te acerques a un café, pero bueno, tal ves lo riesgos se pueden tomar de ves en cuando, podría ser una de esas ocasiones en las que te encuentres a alguien que por un momento, un instante, una décima de segundo pueda cambiar las cosas, pueda cambiarte el día, de bueno a malo, aceptable a desastre, o si por un designio del señor, si, ese que pensaste que ni por un segundo extendería su mano para enviarte un rayo de luz transformado en mujer, se apiadaría de ti y cumpliría tu cometido. Pero dado a que esta no es una de esas ocasiones, nos limitaremos a hablar del café, son interesantes las tazas en las que lo sirven, las asas con las cuales debes sostenerla con trabajo y esfuerzo entra uno y medio dedos, eso no nos ayuda para vernos interesantes, o ya por lo menos como un beatboy; ya que se me olvido el cuello de tortuga negro, llevo medio hora aquí y apenas empiezo a escribir algo de lo que no me avergüence hablar, lo cual me lleva a otro punto importante, analizando los sucesos que rodean mi mente como luna girando alrededor de la tierra, me di cuenta de que tal ves podría ser un especie de Márquez de Sade del siglo XXI, pero eso solo me serviría si pudiera hacer películas, ya que libros sobre el tema creo ya no tienen tanto éxito. Pero bueno; creo que ya me acabe el café y además creo que la señorita de la puerta después de todo si me veía a mi, espero no quiera le invite un café.
Escritura Creativa
Quieres un café?
De tal manera como el sol se mete cada tarde y la luna nace al mismo tono, la gente entra y sale, todos tenemos algo en mente. Seria algo interesante y un poco grosero poder leer la mente de las personas, saber cual es el plan maquiavélico que tramas para hacer enojar a tus mal aventurados amigos, poder leer las fantasías de la niña sentada a mi lado, o si tal ves la muchachita que habla con sus amigas cerca de la puerta me esta viendo a mi o esta viendo los precios de cada tipo y variedad de café que existe, lo cual me lleva a un punto importante, saben lo difícil que puede llegar a ser elegir el café que quieres, es una decisión no apta para cardiacos, si realmente no estas decidido de que es lo que quieres es mejor que ni te acerques a un café, pero bueno, tal ves lo riesgos se pueden tomar de ves en cuando, podría ser una de esas ocasiones en las que te encuentres a alguien que por un momento, un instante, una décima de segundo pueda cambiar las cosas, pueda cambiarte el día, de bueno a malo, aceptable a desastre, o si por un designio del señor, si, ese que pensaste que ni por un segundo extendería su mano para enviarte un rayo de luz transformado en mujer, se apiadaría de ti y cumpliría tu cometido. Pero dado a que esta no es una de esas ocasiones, nos limitaremos a hablar del café, son interesantes las tazas en las que lo sirven, las asas con las cuales debes sostenerla con trabajo y esfuerzo entra uno y medio dedos, eso no nos ayuda para vernos interesantes, o ya por lo menos como un beatboy; ya que se me olvido el cuello de tortuga negro, llevo medio hora aquí y apenas empiezo a escribir algo de lo que no me avergüence hablar, lo cual me lleva a otro punto importante, analizando los sucesos que rodean mi mente como luna girando alrededor de la tierra, me di cuenta de que tal ves podría ser un especie de Márquez de Sade del siglo XXI, pero eso solo me serviría si pudiera hacer películas, ya que libros sobre el tema creo ya no tienen tanto éxito. Pero bueno; creo que ya me acabe el café y además creo que la señorita de la puerta después de todo si me veía a mi, espero no quiera le invite un café.
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