domingo, 2 de marzo de 2008

Un día en el café…

En esta ocasión yo fui a Starbucks de Tepepan, y ahí me encontré a un amigo de la secundaria pero solo nos saludamos de rápido porque el tenia prisa. Pedí mi café y me fui a un sofá a sentarme y relajarme. Al darle el primer trago se me antojó una galleta o una rebanada de pastel de zanahoria que también venden ahí y me gustan mucho; entonces me pare a comprarlo y regrese a mi mesita. Me quede pensando en muchas cosas, también veía pasar a la gente que entraba a comprar o que simplemente caminaba por ahí, después de un rato me empezó a dar frió, entonces me cambie de mesa, y empecé a observar a la gente. Me di cuenta de que llegan grupitos de amigos solo a platicar y reírse un rato, pasar un rato divertidos, ¿No? Los señores o señoras van a platicar pero más calmados y también con vestimentas de que vienen del trabajo o algo así. Después de un rato llegaron dos chavas a hacer su tarea ahí y escuche que hablaban de cosas de la escuela etc. Después de media hora termine mi café y mi pastel, les hable a mis papas para que fueran por mi, finalmente solo los espere como 10 minutos y ya nos fuimos a mi casa.

Mi experiencia para escribir o redactar, fue que me di cuenta que en algún jardín o en mi cuarto también es un lugar muy cómodo, porque puedo estar ahí sola sin ninguna distracción, concentrarme y escribir mucho. Siento que en el café si me distraje mucho y no me pude concentrar al cien porciento.

Por: Adriana Martínez Castillo

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